Atención: Las Emociones son Contagiosas!
Hoy estamos frente a un nuevo paradigma que nos plantea la complementariedad entre una emoción y cognición. Peter Salovey, decano de la Universidad de Yale y creador del constructo "inteligencia emocional", con quien también trabajé en la Cumbre Mundial de Inteligencia Emocional en Holanda, dice que una persona con inteligencia emocional es alguien que percibe la emoción en sí misma y en los otros, usa la emoción para facilitar el pensamiento y la acción, comprende la información emocional y regula las emociones para promover el entendimiento y el crecimiento.
Según el Harvard Business Review, la inteligencia emocional es dos veces mas importante que las destrezas técnicas o el coeficiente intelectual para determinar el desempeño de la alta gerencia. Por su parte, Daniel Goleman asegura que las personas son contratadas por sus habilidades técnicas y despedidas por su falta de habilidades emocionales.
Aquí aparece la dimensión social de las emociones: no sólo se trata de percibir, comprender y regular nuestras emociones, sino la de los demás. Y podemos hacerlo pues nuestro cerebro estas diseñado para ser regulado no sólo interiormente sino externamente: es el llamado "circuito abierto del sistema límbico", un circuito cerebral que está preparado para emitir nuestras emociones y captar las de quienes nos rodean. ¡Por eso las emociones son contagiosas! Y la más contagiosa es la Alegría y su expresión más estridente: la risa. ¿Será por eso que se dice que la risa es la distancia más corta entre dos perdonas?
Este circuito abierto de nuestro cerebro, como explican los autores de El líder resonante crea más, "está tan integrado en nuestro funcionamiento que opera de manera inconsciente. La investigación científica realizada a este respecto monitoreando respuestas fisiológicas como el ritmo cardíaco, por ejemplo, de dos personas que se hallan inmersas en una conversación cordial ha puesto de relieve la existencia de este tipo de sincronización emocional. Al comienzo de una determinada interacción, los ritmos corporales de los implicados son diferentes, pero al cabo de quince minutos, acaban sincronizándose, un fenómeno que ha sido denominado mirriring", o contagio emocional.
El contagio emocional: la comunicación entre las amígdalas
McKee, Boyatzis y Goleman., presentan investigaciones con datos aún más sorprendentes acerca de este fenómeno de contagio emocional. Aseguran que sucede tanto en circunstancias agradables como en las conflictivas, que es inevitable y que ocurre aun cuando nadie diga ni una sola palabra. Por ejemplo, en una oficina, las personas que trabajan juntas captan y comparten inevitablemente los sentimientos y estados de animo -positivos o negativos- de quienes los rodean. A mayor unión del grupo, mayor contagio emocional se produce. Quienes más contagian a los demás son las personas emocionalmente más expresivas y los líderes, aun cuando, como dijimos, no digan ni una sola palabra.
"¿En serio las emociones se contagian irremediablemente? ¿Y Ahora yo que hago? ¡Tengo un jefe que es terriblemente negativo!", me dijo alguien en uno de nuestros seminarios, cuando explicamos el fenómenos de contagio emocional. Esta información que viene de mano de la neurología no es para alarmarnos y alejarnos de las personas, sino para tomar consciencia de que nosotros podemos contagiar emociones positivas a los demás (...)
Es muy importante trabajar sobre nuestras emociones para poder contagiarlas positivamente a los demás. Tomemos consciencia de cómo nos sentimos antes de ir a una reunión, antes de dar una clase, antes de hablar con nuestro equipo de trabajo, ates de sentarnos en la mesa con nuestra familia, sabiendo que vamos a contagiar a los demás nuestra emoción.
Extraído del libro "Confianza total", Verónica de Andrés y Florencia Andrés.
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